El 95% de las incidencias que se producen en ciberseguridad se deben a errores humanos. La Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) se hace eco de esta conclusión, en la que el factor humano es el responsable final de casi todos los ataques llevados a cabo por ciberdelincuentes. Esto no quiere decir que los usuarios seamos los verdaderos culpables, sino que suponemos la mayor vulnerabilidad.
Una amenaza constante para nuestro smartphone Esta situación es todavía más peligrosa y se da en muchos más casos, si hablamos de los teléfonos móviles con acceso a Internet, ya que, por lo general, los usuarios disponemos de menos medidas de seguridad para frenar cualquier tipo de ataque que se haga contra estos terminales.
En este punto, podríamos hablar de las múltiples amenazas a las que nos vemos expuestos si no contamos con la ciberseguridad adecuada: malware bancario, ransomware, spyware, caballos de Troya en mensajes de texto, etc; pero vamos a centrarnos en el medio que los delincuentes utilizan para colar todos esos ataques: la ingeniería social.
Y es que, debido a que las personas somos el eslabón más débil de la cadena, recurren a engaños que nos lleven a abrir la puerta del sistema. Una vez dentro, estaremos expuestos a sus prácticas fraudulentas sin que podamos hacer casi nada para remediarlo.
En este punto, hay que señalar cuáles son las principales tácticas que se utilizan en ingeniería social y que afectan a nuestra actividad con el Smartphone:
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